Cuando
alguien decide emprender un proyecto empresarial, sin importar el giro o tamaño
del negocio, lo que se desea es vender, generar dinero. Una empresa próspera es
precisamente aquella que es capaz de crecer continuamente y de entregar
ganancias económicas a su dueño de manera segura y constante. Cuando existe un
buen manejo de recursos, de esfuerzo y de tiempo, lo que empezó como un
proyecto pequeño puede convertirse en algo mucho mayor.
Para
lograr que un negocio prospere y crezca, debe haber orden y una administración
correcta de los recursos. Ninguna empresa del mundo, por muy grande que sea,
cuenta con recursos ilimitados o dinero para tirar, por lo que siempre resulta
indispensable tener un control minucioso
de ingresos, egresos, presupuestos, proyecciones, etcétera. Por esto, en
primer lugar, cualquier empresario debe tener
conocimiento de sus cifras de utilidades. Tienes que conocer cuáles son tus
ingresos (ventas y otros), los costos de las ventas y tus gastos fijos. Sin
esta información, no se podrán tomar decisiones racionales porque una
administración mal organizada impide tener un conocimiento claro de la
situación de la empresa.
Cuando
ya se tiene una visión realista de la situación del negocio, puedes implementar
algunas ideas que quizá logren
contribuir a incrementar las ganancias:
Aumentar
los precios: esta parece ser la solución más sencilla, sin embargo debes
considerar que el aumento en precios
podría reducir las ventas.
Reduce
los recursos innecesarios: deshazte de todo aquello que significa un gasto,
pero que no te entrega resultados. Analiza
tu negocio.
Elabora
presupuestos de gastos y cumple con ellos: esto sólo lo podrás lograr si desde
antes ya conoces a fondo las utilidades
de tu empresa. ¡No tires el dinero!
Aprovecha la tecnología:
puedes apoyarte en ventas por Internet, utilizar software para llevar tus
números con orden, realizar pedidos por teléfono, etcétera. La tecnología es
una gran aliada en la economía del siglo XXI.
Haz
las cosas bien a la primera: trata de diseñar procesos repetibles que puedan
evitar que se cometan errores. En ocasiones, un error puede ser muy costoso.
Ofrece variedad en tus productos: esto
es especialmente cierto para las personas que comercializan cosméticos. Poder
ofrecer una amplia gama de productos garantiza la satisfacción de las clientas.
En el
caso de la industria cosmética, siempre hay posibilidades para aumentar las
ganancias, pues las mujeres, incluso en tiempos de crisis económica, siempre buscamos cuidar la apariencia
personal. Aprovecha esto y verás cómo se
incrementan tus ingresos.
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